Mary Noriko Vargas creyó viajar por amor, pero su pareja la usó como burrier. Llevaba casi dos kilos de cocaína camuflados en empaques de lúcuma. La red operaba desde Lima hacia Tokio, usando vínculos sentimentales para manipular a jóvenes
Una historia de amor que terminó en traición y prisión. Mary Noriko Vargas, una joven de apenas 19 años, fue detenida por la Policía Antidrogas en el aeropuerto Jorge Chávez cuando intentaba abordar un vuelo con destino a Tokio. En su equipaje, los agentes de la Dirandro hallaron casi dos kilos de clorhidrato de cocaína hábilmente camuflados en empaques de lúcuma, escondidos dentro de juegos de sábanas.
La droga tenía un valor estimado de 300 mil dólares en Japón.
El viaje fue organizado por su propio enamorado, Iván Azador Nishida, quien no solo compró los pasajes, sino que la instruyó paso a paso y la acompañó hasta el aeropuerto. En audios obtenidos por la Policía, se le escucha controlando cada detalle y advirtiéndole “que no hable con nadie”. No era la primera vez: meses atrás, Mary habría logrado llevar un kilo de droga al mismo destino sin ser descubierta. Este caso vuelve a revelar cómo las mafias del narcotráfico usan el engaño emocional como su mejor arma.
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