El eterno candidato y autoproclamado defensor de la honestidad vuelve al ruedo. Si pierde la presidencia, igual asegura su curul como senador. En política peruana, la puerta giratoria nunca se detiene
César Acuña, líder de Alianza para el Progreso (APP) y fiel creyente de su propio eslogan de “honestidad y transparencia”, vuelve a intentarlo. El empresario y político anuncia que postulará a la presidencia de la República y, al mismo tiempo, al Senado en las elecciones generales de 2026.
La jugada es clara: si el sillón de Pizarro le queda lejos, al menos tendrá asiento reservado en el Congreso. Como vicepresidente lo acompañará el congresista Alejandro Soto, expresidente del Parlamento, otro rostro conocido de la política que se aferra al poder.
Mientras tanto, varios congresistas de APP ya preparan su reelección como senadores y diputados, repitiendo la vieja costumbre de vivir del Estado con discursos reciclados y promesas eternas. Porque en el Perú, la “renovación política” siempre empieza con los mismos de siempre.
