Crujiente, jugoso e irresistible. El pollo a la brasa no solo reina en las mesas peruanas, también despierta la eterna duda: ¿placer nacional o pecado calórico? Una nutricionista revela cómo disfrutarlo sin culpas
El pollo a la brasa no es solo un plato: es un emblema del Perú. Crujiente por fuera, jugoso por dentro y casi siempre acompañado de papas fritas, arroz chaufa o ensalada, esta delicia se ha ganado el corazón —y el estómago— de millones. Pero… ¿es realmente saludable?
La nutricionista Claudia Agüero Moscoso, del portal Salud en Casa, explica que su éxito es imbatible: “Su sabor, color y las infinitas combinaciones lo hacen irresistible”. Sin embargo, recuerda que, aunque muchos lo tildan de comida rápida, el pollo es fuente de proteína magra, con menos colesterol que las carnes rojas.
¿La clave? Moderación. Si estás sano, puedes disfrutarlo con piel y papas fritas, pero sin abusar. Para hacerlo más ligero: acompáñalo con agua o ensalada, evita los combos con gaseosa o arroz, y consúmelo preferiblemente de día.
Así, el pollo a la brasa seguirá siendo lo que siempre fue: placer nacional, orgullo gastronómico y amor en cada bocado.
VIDEO:
