Andrea Correa Manrique, una joven de 21 años llena de vida, fue atropellada mortalmente en el anexo Jacayita, Pacarán. El responsable, Jean Alcalá, huyó sin auxiliarla, dejando tras de sí una comunidad desgarrada que hoy clama justicia y cárcel
“Pudo ser su hija”, gritan entre lágrimas familiares y vecinos – dirigiendo a los administradores de Justicia en Cañete
Pacarán vive horas de dolor e indignación. La noche del viernes 24 de octubre, Andrea Correa Manrique, de apenas 21 años, perdió la vida tras ser atropellada en el anexo Jacayita. El conductor, identificado como Jean Alcalá, lejos de detenerse a socorrerla, huyó del lugar, abandonando a la joven a su suerte. Andrea, conocida por su alegría y solidaridad, dejó un vacío inmenso en su familia y en todo Cañete.
La rápida acción de la Policía permitió la captura de Alcalá, pero el pueblo no confía en que la justicia sea firme. Con carteles, velas y llanto, exigen que este crimen no quede impune. “Pudo ser su hija”, repiten los vecinos frente a las autoridades, pidiendo que se aplique el máximo rigor de la ley. El nombre de Andrea hoy se levanta como un símbolo de lucha contra la indiferencia y la irresponsabilidad al volante.
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