Una encuesta revela el colapso de la credibilidad institucional: mientras crecen los asesinatos, extorsiones y la impunidad, la población siente que el Estado ha perdido el control de las calles
La desconfianza hacia las instituciones que deberían garantizar justicia y seguridad en el Perú ha tocado fondo. Según el INEI, el 83.3% de peruanos desconfía de la Policía Nacional, el Poder Judicial y el Ministerio Público, una cifra que retrata una crisis estructural y una fractura social sin precedentes. En un país donde los asesinatos, extorsiones y robos se vuelven rutina diaria, la gente ya no cree que los responsables de impartir justicia actúen con integridad. Peor aún, muchas decisiones judiciales —que liberan a peligrosos criminales— alimentan la sensación de impunidad.
Pese al estado de emergencia en Lima y Callao, la percepción ciudadana no mejora. La mayoría considera que la inseguridad seguirá igual o empeorará. Lo más grave no es solo el miedo, sino la pérdida total de confianza en quienes deberían protegernos. En el Perú de hoy, la justicia se percibe ausente y la esperanza, en fuga.
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