Detrás de los escenarios y luces de grandes conciertos, “El Jorobado” lavaba dinero de la extorsión con apoyo de municipios y artistas de renombre
En Lima Norte, los conciertos que reunían multitudes eran algo más que simple diversión. Según la Fiscalía, Adam Smith Lucano, alias “El Jorobado” y líder de la red criminal Los Sanguinarios de la Construcción, usaba su empresa AS Producciones para lavar dinero proveniente de extorsiones y controlar el negocio del entretenimiento. Con la fachada de eventos masivos en Comas y Carabayllo, “El Jorobado” organizaba festivales gratuitos con artistas como Zaperoko, Agua Marina y Brunella Torpoco, financiados con dinero sucio.
Los municipios autorizaban los espectáculos y facilitaban espacios como el estadio Ricardo Palma, mientras empresas aliadas —como SK & J Servicios Generales, vinculada a Edwin “Pipo” Díaz— completaban el circuito de lavado. Entre luces, cerveza y música, se escondía una maquinaria criminal que mezclaba corrupción, poder y espectáculo.
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