Con el 2026 a la vista, crece el rechazo ciudadano hacia políticos reciclados y autoridades que, tras gestiones mediocres, buscan volver al poder bajo una falsa imagen de humildad. La frase que se repite con fuerza: “¡No más chuscos como autoridades!”
No cabe duda: los vecinos en distintas regiones del país han comenzado a manifestar abiertamente su descontento frente a las administraciones municipales y regionales. Señalan una gestión incapaz, con baja ejecución presupuestal y, sobre todo, marcada por la corrupción que favorece a pequeñas élites allegadas a alcaldes, gobernadores y funcionarios de confianza.
Aunque las elecciones del 2026 aún parecen lejanas, la confianza ciudadana se ha desplomado. Muchos consideran que los aspirantes a nuevos cargos son “más de lo mismo”: personajes con doble moral, sin vocación de servicio y con antecedentes de gestiones mediocres. Algunos incluso buscan trepar a puestos superiores pese a haber abandonado a los vecinos a su suerte.
En redes sociales, el clamor es claro: analizar mejor a cada postulante y desenmascarar a los “ladrones maquillados de humildad” que pretenden seguir beneficiándose del poder. La frase que se repite con fuerza: “¡No más chuscos como autoridades!”
