Nunca obtuvieron respuesta de las autoridades. ¿Indiferencia o complicidad?
La violencia y la impunidad vuelven a teñir de rojo las calles de San Juan de Lurigancho. Max Camacho Vargas (36) fue brutalmente asesinado a balazos en la madrugada del viernes en la zona de Huáscar. El crimen se produjo luego de que su familia se negara a ceder ante la extorsión de S/50,000 exigida por la banda del «Loco Aroni».
La víctima caminaba junto a su pareja embarazada cuando un sicario, descendiendo de una moto, le disparó tres veces por la espalda. La mujer, testigo del horror, se encuentra en estado de shock.
La familia de Camacho, dedicada al comercio de calzado, llevaba casi un año siendo extorsionada. A pesar de haber denunciado las amenazas a la Dirincri en dos ocasiones desde mayo de 2024, sus llamados de auxilio fueron ignorados.
Ahora, la pareja de la víctima enfrenta un futuro incierto, criando a su hijo sin su padre. La policía ha recogido evidencias en la escena del crimen, incluyendo casquillos de bala y grabaciones de cámaras de seguridad.
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