La ausencia de debate y la mediocridad política dominan la escena nacional, regional y local, afectando profundamente a Cañete y Lima provincias.
Esta alarmante ausencia de principios éticos y de una visión clara del país se refleja en la mezquindad y la corrupción que permean los tres niveles de gobierno: central, regional y local
El Perú se encuentra inmerso en una profunda crisis de ideas en su esfera política. La carencia de partidos políticos sólidos y estructurados ha propiciado la proliferación de alianzas meramente oportunistas, donde el interés personal y la búsqueda de cargos públicos prevalecen sobre el compromiso con el bienestar común.
La polarización, visible en las redes sociales, se manifiesta a través de un intercambio superficial de etiquetas y consignas vacías, carente de argumentos sustanciales y de un debate profundo.
Esta alarmante ausencia de principios éticos y de una visión clara del país se refleja en la mediocridad y la corrupción que permean los tres niveles de gobierno: central, regional y local. Cañete y la región Lima no son ajenas a esta lamentable realidad. La falta de una planificación a largo plazo, la prevalencia del clientelismo político y la ausencia de líderes comprometidos con el desarrollo sostenible perpetúan el estancamiento y limitan el progreso de estas importantes zonas del país.
La ciudadanía peruana, cada vez más consciente de esta problemática, exige un cambio urgente. Se necesitan políticos con convicción, integridad y propuestas concretas que impulsen el desarrollo, la transparencia y la rendición de cuentas. Es imperativo recuperar el debate público, fomentar la participación ciudadana y fortalecer las instituciones democráticas para construir un futuro más próspero y justo para todos los peruanos.
VIDEO:
