El silencio de la gobernadora regional de Lima evidencia un sistema podrido que clama por cambios urgentes en la política local
El desmantelamiento de la moralidad en la gestión de Rosa Vásquez, conocida como «La Cholita», ha quedado expuesto tras la reciente investigación de ARV Noticias sobre un presunto escándalo de corrupción en la Red de Salud Cañete-Yauyos. Chats y audios comprometedores sugieren que las plazas laborales son manipuladas y vendidas, con la complicidad de figuras cercanas a la gobernadora.
Desde el último trimestre de 2024, la evidencia ha sido clara e inquietante. Rosa Vásquez, quien permitió que Cristhian Pérez asumiera un cargo en la red de salud, ahora enfrenta un dilema moral: actuar o permanecer en silencio. La ex candidata vinculada a la gobernadora no puede negarse a los hechos, y la revelación de conversaciones donde se discuten «reclamos de dinero» solo intensifica la urgencia de exigir transparencia y justicia.
La región de Lima está en una encrucijada. Más que nunca, se necesita a líderes con valores éticos, dispuestos a combatir la corrupción que ahoga al gobierno regional. El silencio de Rosa Vásquez no es un gesto de inocencia; es un grito desesperado que exige una reforma política, una exigencia para que los ciudadanos recuperen la fe en el sistema.
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