A pesar de su turbulento pasado y múltiples rechazos judiciales, el ex notario intenta un nuevo «amparo» para recobrar su título y la confianza perdida
En un giro inesperado pero predecible, Alonso Noriega, el ex notario cesado por abandono de cargo en Lunahuaná, regresa al escenario judicial con otra demanda de amparo. A pesar de haber sido desestimado en múltiples ocasiones, incluyendo un decididamente negativo fallo del Tribunal Constitucional, Noriega se muestra resuelto a desafiar las decisiones de la Corte de Cañete.
Los antecedentes son sombríos: innumerables ciudadanos perjudicados, sueños de negocios truncos, e incluso fallecimientos de aquellos que depositaron su confianza en los servicios notariales de Noriega. Abandonó Lunahuaná para aferrarse a un lucrativo negocio en San Vicente, y a medida que sus problemas crecían, también lo hacía la desesperación de quienes buscaron su ayuda.
La reciente presentación de su demanda, que ha sido admitida por el Juez Óscar Cahuana, despierta dudas sobre la integridad de la justicia en Cañete, especialmente en un contexto donde los fallos han favorecido a cuestionables personajes y situaciones como el Grupo Guizado y un Zamir Villaverde. ¿Podrá esta vez Noriega revertir un destino que parece sellado por el abandono de su cargo y el desamor de la justicia?
La comunidad espera con atención la decisión del juez superior Delgado Nieto. ¿Será el último intento de una figura que debería haber aprendido de sus errores? La incertidumbre avanza, y las justicia en Cañete está nuevamente en la mira.
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