«De Rosa a Javier, la brújula política de Caico siempre apunta al interés personal, nunca al ciudadano.»
La figura de José Caico Fernández, consejero regional, sigue dando mucho de qué hablar entre los ciudadanos. Para la mayoría, este político se ha ganado a pulso el calificativo de «oportunista». Un hombre sin rumbo ideológico definido, que parece más interesado en asegurarse un asiento en el juego del poder que en contribuir al desarrollo real de la región.
El reciente giro en su estrategia política ha dejado perplejos a muchos. Después de aliarse con Rosa Vásquez Cuadrado para alcanzar un puesto en el Consejo Regional, ahora que la posibilidad de reelección se ha desvanecido, Caico parece estar en búsqueda de nuevas alianzas. El asombro no radica en su capacidad para moverse de un bando a otro, sino en su aparente interés por retomar vínculos con Javier Alvarado, líder de Patria Joven, el partido que en su momento dejó de lado para subirse al carro de la popular CHOLITA.
Las redes sociales no han tardado en reaccionar. Comentarios como “Con esa falsa mirada enamoradora, creo que Javier Alvarado no se dejará engañar nuevamente” ilustran el rechazo ciudadano.
En tanto, otros han sido más contundentes al señalarlo como «un claro ejemplo del político convenido». La falta de una postura firme y un historial de trabajo como fiscalizador de la gestión regional actual consolidan esta percepción.
La crítica es contundente: «Definitivamente, nadie da lo que no tiene». Para muchos, Caico es el reflejo de los males de la política local, donde el interés personal prevalece sobre el bien común.
VIDEO: