Denuncias de corrupción y autoritarismo desnudan la gestión de la gobernadora Rosa Vásquez Cuadrado. Estos actos, relacionados con la concesión del cafetín del hospital, luego de la irregular disolución de los comités del SUBCAFAE – pone en evidencia un patrón de autoritarismo que podría tener serias repercusiones para los empleados y pacientes
La situación en el Hospital Regional Rezola de Cañete es crítica. La administración de Rosa Vásquez Cuadrado ha sido acusada de sacrificar la transparencia y la ética, generando una atmósfera de miedo y represión. Un reciente comunicado prohíbe a los empleados realizar reuniones, evidenciando un intento por silenciar voces críticas y ocultar irregularidades graves en el manejo del hospital.
La disolución arbitraria de los comités del SUBCAFAE ha desatado la indignación entre los trabajadores, quienes ven vulnerados sus derechos en un momento en que la comunidad necesita mayor defensa y respaldo. Este acto, relacionado con la concesión del cafetín del hospital, pone en evidencia un patrón de autoritarismo que podría tener serias repercusiones para los empleados y pacientes.
La falta de rendición de cuentas por parte de la administración no solo afecta a los trabajadores, sino que también pone en riesgo la atención médica de la población.
En lugar de buscar soluciones, la gobernadora y sus allegados optan por el silencio y la manipulación, dejando a los beneficiarios del SUBCAFAE en una espera interminable por sus derechos.
La comunidad de Cañete debe alzar la voz y exigir un cambio radical en la gestión del hospital, restableciendo la dignidad y la transparencia que todo centro de salud merece. La lucha por la justicia y la ética en el ámbito sanitario continúa.