La región Lima no es ajena a esta realidad. Figuras como la gobernadora Rosa Vásquez y el alcalde de Cañete ‘Tony Alcántara’, enfrentan serias acusaciones por su aparente incapacidad para gestionar sus responsabilidades y su vinculación con actos corruptos
En un contexto marcado por la desconfianza ciudadana, el Perú enfrenta la urgente necesidad de contar con gobernantes capaces y, sobre todo, moralmente preparados para asumir la responsabilidad de conducir el país, las regiones, provincias y distritos. Los recientes actos de corrupción en los tres niveles de gobierno han erosionado la confianza en las instituciones públicas, comenzando por un Congreso que es considerado uno de los más cuestionados y con altos índices de putrefacción moral.
Particularmente, en la región Lima y en la provincia de Cañete, se observa con preocupación el desempeño de figuras como la gobernadora regional Rosa Vásquez y el alcalde provincial de Cañete ‘Tony Alcántara’, quienes enfrentan serias acusaciones por su aparente incapacidad para gestionar sus responsabilidades y su vinculación con actos corruptos. Su mandato ha contribuido al caos y al estancamiento del desarrollo, alimentando la frustración de una ciudadanía que clama por cambios sustanciales.
La situación actual exige un reexamen profundo del liderazgo político, así como un compromiso genuino por parte de los dirigentes para restaurar la confianza pública y sentar las bases de un futuro más esperanzador.
El país y su gente merecen un liderazgo íntegro que promueva el progreso y la transparencia.
VIDEO: