‘Cuando los servidores públicos competentes y probos son marginados por una autoridad enemiga de la decencia y la transparencia’. Sucede en algunos lugares del Perú
“Una ladrón necesita de otro con más habilidades que él” – es el comentario del ciudadano de a pie.
Si bien hoy existen requisitos mínimos para la designación de funcionarios de confianza. Los servidores públicos competentes y probos, siguen siendo los más marginados para ocupar gerencias y altas direcciones en la administración público.
Que en el Perú, algunas autoridades (especialmente alcaldes), desestimen la designación en cargos de confianza a gestores íntegros y capaces de atender efectivamente los retos y las necesidades de la población, no deja de generar comentarios suspicaces.
“Creo que una autoridad enemiga de la decencia y la transparencia, para concretar su organización y sacarle el mayor provecho a los recursos públicos, necesita de gente que piense como el, que tenga esa habilidad para robarle al Estado”, es uno de los comentarios recogidos en la calle y compartido por propios y extraños.
“Si bien el inicio de una nueva administración trae consigo inevitablemente la rotación de autoridades en entidades públicas, ello no debería significar el nombramiento de personas con una hoja de vida cuestionada” – acotó otro vecino de a pie.
Finalmente se acotó que la falta de mecanismos que aseguren designaciones de personal honesto y calificado en los cargos de alta dirección de las entidades gubernamentales deja en evidencia un problema extendido en el Estado: la deficiente atracción y gestión del talento humano en la administración pública.
El desarrollo económico y social en cada provincia del Perú, solo será posible atrayendo a los mejores servidores públicos, escogidos principalmente por sus capacidades y vocación de servicio. “Pero si la cabeza es enemiga de la decencia, es imposible que se rodee de gente auténticamente honesta», aseveraron.
