Dice el Papa Francisco
Desde el Palacio Apostólico Vaticano, el Papa Francisco recibió en audiencia a la Comunidad Académica del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia.
Al comienzo de su discurso, el Papa Francisco recordó que ya han pasado 5 años desde que, con el Motu proprio Summa familiae cura, quiso “invertir” en este legado dejado por San Juan Pablo II, que fundó el Instituto en 1981.
“Pretendía darle un nuevo vigor y un desarrollo más amplio, para responder a los retos que surgen en el inicio del tercer milenio”, explicó el santo Padre.
Dijo además que “esta esperada evolución -garantizada por la calidad académica en las disciplinas teológicas y en las ciencias humanas y sociales- me parece especialmente importante, porque integra las competencias necesarias para discernir los valores relacionales propios de la constelación familiar”.
“La propia teología -continuó el Pontífice-, para estar a la altura de esta expansión, está llamada a elaborar una visión cristiana de la paternidad y de la fraternidad, no sólo del vínculo conyugal”.
Para el Papa Francisco, “la cultura de la fe está llamada a medirse, sin ingenuidad y sin asombro, con las transformaciones que marcan la conciencia actual de la relación entre hombre y mujer, entre amor y generación, entre familia y comunidad”.
“Es un compromiso que, día a día, llena de contenido el título de ‘pontificio’ atribuido al Instituto, para ser entendido en su pleno significado: servir a la Iglesia en la estela del ministerio de Pedro es el don que recibe y, al mismo tiempo, transmite”, añadió.
En esta línea, el Santo Padre defendió que “por eso sería un grave error leer su renovada conexión con el Magisterio vivo en términos de oposición a la misión recibida con su institución original”.