Párroco Manuel, Escate –agradeció el valioso apoyo de organizaciones y personas de noble corazón.
Un juguete, por más sencillo que sea, puede hacer la diferencia en un hogar: genera gratos momentos (y recuerdos), motiva la alegría y mejora el estado emocional. Es así que, como todos los años, la Parroquia San Vicente Mártir pudo brindar un momento de sano esparcimiento a centenares de niños y niñas gracias al valioso apoyo de organizaciones y personas de noble corazón.
“El propósito de esta jornada es motivar momentos de alegría en niños y niñas mediante las emociones que genera el tener un juguete en las manos, contribuyendo a mejorar su salud emocional, además de hablar de lo que significa la llegad del hijo de Dios a nuestras vidas”, dijo el párroco Manuel Escate, quien lideró tan solidaria iniciativa.
Desde el frontis de la Catedral Sanvicentina, don Manuel Escate, alentó a vivir la tradición familiar de preparar el nacimiento, “Evangelio vivo” y “ponerlo en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales y en las plazas. «La preparación del pesebre en nuestras casas nos ayuda a revivir la historia que ocurrió en Belén», acotó.
