Floreros rotos, tumbas abandonadas por completo, rotas y hasta en algunos casos abiertas dejando cajones a la intemperie, es lo que se evidencia en el campo santo de la otrora capital comercial de Cañete
Lapidas abiertas o rotas, invasión de maleza y hasta ataúdes expuestos a la intemperie, es el escenario en el que se encuentra el cementerio municipal del distrito de Imperial, situación que se agudizó ante el cierre de los campos santos a causa de la pandemia por la Covid-19.
Para algunos vecinos de la otrora capital comercial de Cañete, el evidente descuido edil del alcalde Elías Alcalá, es un atentado contra los restos de seres humanos en el camposanto de la localidad.
Floreros rotos, bolsas de plástico que ruedan con el viento, tumbas abandonadas por completo, rotas y hasta en algunos casos abiertas dejando cajones a la intemperie siendo no solo una contaminación visual y emocional sino un peligro para la transmisión de enfermedades, es lo que se pudo evidenciar.
Las imágenes sólo determinan la más ingrata indolencia, falta de respeto, e insalubridad que perjudica a los vecinos del distrito imperialino.